lunes, 29 de junio de 2009
Flor Jardines acuáticos, pura vida y energía
Flor Algo diferente y muy curioso es la jardinería acuática. Aunque parezca lo contrario, se trata de una técnica muy sencilla. Lo importante es conocer las propiedades del agua y de las flores y plantas que en ella se pueden desarrollar. También, es imprescindible saber los secretos del drenaje. Si se quiere crear un espacio único en el patio o jardín, es posible recurrir a las técnicas de la jardinería acuática para lograr un diseño personal y exótico. Estos jardines resultan sumamente atractivos y originales. Para dar un toque oriental a un patio o parcela se pueden cultivar en un pequeño estanque o fuente. Hay que tener en cuenta que no requieren más atenciones que los jardines de tierra. En su diseño, que está abierto a numerosos estilos y tamaños, influyen básicamente tres factores: el espacio del que se disponga, el tiempo libre para cultivarlo y los gustos y preferencias del jardinero. El agua es fuente de vida para cualquier ser vivo, tanto animal, vegetal y humano. Por ello, se trata de un elemento indispensable para cualquier planta, además de aportar vigor y movimiento a los espacios verdes. En el caso de los jardines acuáticos, es el medio en el que crecen y viven las plantas. Se trata de un entorno muy rico y es ideal para usarlo como jardín, pues además de decorar a la perfección nuestro rincón preferido se encarga de que nuestras plantas se encuentren a salvo facilitándonos el trabajo de mantenimiento de las mismas. Posibilidades Siempre se han de ajustar las dimensiones del estanque o fuente a las propiedades del jardín, para crear una armonía que permita que todos los elementos combinen a la perfección. Además de ello, hay que estudiar el terreno en el que se va a asentar nuestra nueva creación. Los estanques pueden ser artificiales; en este caso, estarán construidos de hormigón, lámina de butilo o de un recipiente prefabricado que se enterrará en el suelo. La elección del material que vamos a utilizar dependerá de nosotros mismos. Existen otras posibilidades de fabricar un jardín acuático. Se puede usar un panel impermeable y forrarlo después con fibra de vidrio pegada con resina. En un patio, se pueden construir estanques con ladrillo revestido de hormigón. Sin duda, es imprescindible recurrir a un profesional ya que cada terreno posee unas características y puede ser que la presión ejercida por el agua sea excesiva. Por otro lado, la profundidad del estanque debe ser tal que permita colocar los vasos en el fondo del mismo y albergar entre 10 y 20 centímetros de agua. El toque personal Existen múltiples opciones a la hora de planificar y desarrollar este espacio acuático. Todo dependerá del gusto del jardinero y de las posibilidades que ofrezca el territorio donde se va a construir. Cada jardín es un mundo que depende de la creatividad que se emplee en el diseño de su espacio. Con un poco de imaginación y mucho esmero nuestro trabajo tendrá unos resultados increíbles dignos de toda admiración que serán el centro de todas las miradas. El diseño puede ser natural o artificial. En el primero de los casos, se procurará integrar el jardín acuático en el espacio donde se va a introducir. Para ello, se intenta que se funda con el parterre terrestre y las características del patio o parcela, usando elementos decorativos naturales como troncos o piedras. Los troncos se pueden disponer rodeando el estanque, y las piedras creando formas circulares alrededor de conjuntos de plantas. Las formas son también muy variadas. Pueden ser regulares o irregulares. Normalmente, los jardines de agua artificiales buscan las líneas simétricas y el orden y los naturales la espontaneidad. Es muy importante la coordinación del estilo de la casa con el diseño y la forma del jardín acuático, persiguiendo su correcta combinación para evitar contrastes inadecuados. Todo es producto de nuestro espíritu creativo: el toque personal que demos a nuestro oasis dirá mucho de nosotros. Cuidados El mantenimiento de este tipo de espacios es muy sencillo. Lo primero que se debe hacer es instalar un buen mecanismo de drenaje para mejorar la limpieza del estanque o fuente, así como un sistema de recirculación que propicie la oxigenación del agua. Ambos son imprescindibles para el desarrollo adecuado de las plantas ribereñas. Podemos optar por sistemas de programación para que nuestro jardín acuático esté siempre limpio y cuidado. También es importante aislarlo, para lo que se pueden usar los siguientes tipos de materiales: arcilla, cemento, piedras, PVC y polietileno. Para ello, se puede solicitar el servicio de un experto, que nos aconsejará y nos dará las pautas para lograr un perfecto estanque acorde a nuestras necesidades y a las de nuestras plantas. Recurrir a profesionales puede ser una buena solución, pues si no estamos seguros de algún aspecto ellos nos servirán de gran ayuda. Especies adecuadas Son muchas las plantas acuáticas que se pueden plantar en un estanque. Si se posee un gran espacio, se pueden hacer bellas composiciones mezclando alguna de estas plantas. Por ejemplo, la 'Nelumbo Sp', que tiene flores rosas y precisa luz abundante, combina a la perfección con una 'Calla Palustris', que resiste muy bien los cambios de temperatura. También resulta ideal la mezcla de la 'Nympahea Odorata' con el 'Iris Pseudacorus' o el 'Acorus Calamus', puesto que las tres soportan el sol. También hay otras de estas especies acuáticas muy interesantes como la 'Primula Florindae' o la 'Thypa Minima'. La primera es óptima para plantar junto a un estanque, ya que necesita mucha humedad para desarrollarse correctamente. La segunda ha de crecer en aguas poco profundas y luce unas bellas hojas finas. Si no se dispone de gran espacio, es posible cultivar un jardín acuático en un recipiente grande en el que se pueden tener algunos peces. Plantar nenúfares adecuados a la profundidad es lo mejor. Además, se pueden usar especies acuáticas ornamentales y plantas oxigenadoras.
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